lunes, octubre 06, 2008

Entrada perdida y sin título

Una catilinaria que escribió Ibsen Martínez a Farruco Sesto me indujo
a recordar un par de cosas.

Cosa primera: Violeta Rojo.

Se me antoja improbable que existan dos mujeres que se dediquen a las
letras y lleven ese nombre. Deduzco entonces que esta misma dama fue
(es, pero yo qué sé) profesora de Literatura en la USB. Dicen las
malas lenguas (es decir, casi todas) que era sumamente exigente. Pero
eso no es lo que me recordó leer su nombre, sino el apodo que le puso
el Gocho, luego de bajarse de su escarabajo azul metálico: Red Purple.
No sé que tiene ese apodo (que ahora que lo veo, es más bien gafo) que
siempre me causó muchísima gracia: "me voy, que tengo examen con la
Red Purple!"


Cosa segunda:
Lo otro, es la cita que hace Martínez de Marías: "Hablando
estrictamente, casi nada ofende ya de veras (aunque a veces se finja
la ofensión), y los taxistas, los camareros y las putas se ven cada
vez en mayores aprietos para dar con la palabra justa, con aquel
improperio que desarme a su contrincante o, por lo menos, lo exaspere
tanto como para pasar a los hechos.".

Hasta ahí todo bien. Entonces viene cierta amiga mía que tiene la
costumbre de tratarse, cariñosamente, de puta con una segunda amiga.
Ejemplo: "hola puta, como estás??? cómo pasate el día??? - Bien puta,
trabajandito....". Como si en vez de puta se dijeran corazón (pruébelo
con la oración anterior).

Todo esto hace pantente el comentario de Marías: una vez a mi amiga
mientras le arrancaba la cartera un ladrón le espetó -suelta,
puta!!!!- y al irse corriendo con su botín, mi segunda amiga le
comenta -viste puta??..... te conocía!!!-

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