martes, octubre 24, 2006

Pattern Recognition

Cuando escribí que era 1988 y justo había empezado a nevar, no mencioné que me compré un libro de William Gibson, Pattern recognition (reconocimiento de patrones). Empecé con el libro en sueco, y de hecho me falta poco por leer, pero es difícil, porque además del idioma, la melancolía ya al final del libro se vuelve trizteza y una búsqueda vana que me cuesta leer.

En cambio, la prosa de Gibson me captó de inmediato, quizás porque es un poco un inglés medio intraducible que me recuerda un poco el español de Cortázar, salvando las distancias, claro.

Empieza:

Jetlag de cinco horas desde nueva york y Cayce Pollard despierta en Camden Town [Londres] gracias a los ominosos y siempre rondantes lobos de ritmos circadianos interrumpidos.

Y luego, la teoría de uno de los personajes acerca del jetlag:
(...)que su alma mortal se encuentra ligas detrás de ella, halada por un fantasmal cordón umbilical a través de la ya desvanecida estela del avión que la trajo aquí, aún a cientos de miles de pies sobre el atlántico.


Al contrario de Necromancer, el libro del mismo autor que leí antes, este no se desarrolla en el futuro sino en el presente, y contiene, más allá de la narración, una reflexión del papel de la mercadotecnia en la economía de los países desarrollados y en las vidas de quienes en esos países habitan.

Fin de nuestra nota literaria de hoy.

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