jueves, septiembre 08, 2005

Jueves tranquilo

En la mañana fuimos (Fabian y yo) a buscar pasajes a Helsinki baratos para Fabian. Nómada y guerrero al fin, Fabian planeaba irse entre viernes y sábado y aún el jueves no sabía cómo rayos iba a irse. Conversó con una recepcionista de una línea de Ferry que va a Finlandia (Silja), que casi lo convence de viajar a Åbo (en finés, Turku) en vez de a Helsinki.

Nos dieron algunas opciones regulares, pero debía comprarlas Fabián por internet, cosa que no pudimos hacer porque básicamente no encontrábamos las mismas ofertas que nos habían dicho en la oficina. El azar lo llevaría a irse a otro lado, pero esa es otra historia.

En la noche a Café Boján, un café que gerencian unos estudiantes y donde Elena está de voluntaria, allí logramos escabullir una botella de ron y otras de coca cola y nos caimos a rones Oscar, Fabian y mi persona. Vuelta a pie a mi casa (otra vez).

miércoles, septiembre 07, 2005

La vuelta a Estocolmo


Queríamos pasear por Estocolmo en bicicleta, así que necesitábamos otra (para Fabian). Solución: pedirle prestada la suya a el cuate Carlos. Debido a ello, mandé a Fabian a casa de Carlos vía metro, y yo me fuí en bicicleta. Desde mi casa a casa de Carlos son unos 25 minutos en bici, unos 20 en metro. Buscamos la bici, y nos dirigimos al centro, a pasearlo un rato.

Justo en Kungsträdgården, explotó el caucho de atrás de mi bicicleta, para mayor susto de unos preescolares que paseaban por el parque. Tuvimos que reparar in situ la bici. Luego desde allí, a la residencia real, Drottningholm. El Castillo, jardines aledaños, y demás construcciones dentro del complejo, fueron declaradas patriminio de la humanidad por la UNESCO. Allí estuvimos un rato y disfrutamos de la vista. El paseito, desde Kungsträgården hasta Drottningholm fue de (tan sólo) 2 horas. Luego de comer allí una deliciosa pasta con albóndigas, nos dirigimos de vuelta a mi casa. Sin embargo, decidimos dejar las bicis en KTH porque ya estábamos un poco bastante destruidos (al menos yo). Fuimos a mi casa, y yo me quedé haciendo una tarea de sueco mientras Fabian se fue a Universitet junto con Oscar a tomarse unas cervecitas. Yo llegué poco después, luego de que como buen niño terminara mi tarea. Por cierto, la tarea consistía alargar una redacción de sueco que había hecho muy corta. La redacción, originalmente, la había hecho a mano, así que la profesora la escaneó, y me envió la imagen por correo electrónico para que la extendiera, procedimiento que asombró un poco (pero honestamente no mucho) a Fabian.

Luego de la fiestica hubo otra fiesta en casa de Oscar, de la cual incluyo fotos. Cabe destacar que en españa, llaman "mangado" a lo que nosotros calificaríamos de "serruchado": es decir, las cervezas,
vino y demás bebidas que se ven en las fotos se las quitaron a alquien...es en serio que son una cuerda de delincuentes.


Luego Fabian y yo nos devolvimos caminando a casa, porque sentimos que no habíamos tenido suficiente actividad física en la tarde.

martes, septiembre 06, 2005

De museos...


Nos levantamos temprano, tipo a las 11, nos preparamos unos sanduchitos, y paseamos por la ciudad. Visitamos el museo del ejército y el museo de música, donde para nuestra mayor alegría, encontramos un par de menciones a Venezuela. En una de las alas del museo de música, muestran una serie de instrumentos, y te dejan tocarlos. Entre ellos, un arpa venezolana. Luego, tienen una exposición especial de instrumentos de música que son también símbolos patrios, y allí también,
prácticamente de primero, nuestro cuatro. En ésta exposición no te dejaban tocar el instrumento, sino que había una serie de fotos y explicaciones junto con un audífono para que escucharas el sonido del instrumento/símbolo en cuestión.

En el museo del ejército había un pendón con lo que suponemos es una recompilación con las mayores guerras que ha conocido el mundo. En la foto, si buscan, hay una mención a la guerra de independencia.

Luego yo me fuí a mi clase de sueco y dejé al pana Fabian en mi casa haciendo quehaceres (tuvo que lavar, porque ya llevaba varios días de viaje y la ropa aparentemente apestaba un poco)

lunes, septiembre 05, 2005

El Colchón


Busqué un colchón, en casa de Carlos, para que Fabian no tuviera que dormir en el suelo. Pueden imaginarse las miradas que recibí cargando con un colchón por todo Estocolmo. En la noche, no pude recibir a Fabian porque estaba invitado a dar un paseíto por el archipiélago con cena incluída, cortesía el departamento de sistemas de KTH . Sin embargo, realicé los arreglos para que el pana fuera recibido con la dignidad de su cargo. Mandé a Oscar y a Elena.