lunes, noviembre 29, 2004

Pañuelito

En el año 2000 (que me corrijan los que se acuerdan) en el trimestre Septiembre-Diciembre, inscribimos varios compañeros una materia denominada Ingeniería de Software. Puedo contar muchas anécdotas, pero me interesa particularmente una en la que aparece Chía.

Chía es una estudianta que Dios sabe cómo consiguió un trabajo en Niza, Francia, en la compañia proveedora de sistemas de reservación de viajes Amadeus. Ella construyó un sistema para esa compañía como su pasantía para obtener su título.

El cuento es que en esa clase, ella nos presentó qué fue lo que hizo en Niza, y nos dijo que había logrado (gracias al carisma venezuelién que derrocha) que la compañía aceptara que otro venezolano se juera payá a culminar el asunto, que convenientemente (je) tenía unos cabos sueltos que Chía no podía solucionar. Increíblemente, sólo un hombre dió un paso al frente para el viaje que se avecinaba. No recuerdo que excusa inútil utilicé yo para no mandarle mi currículum, pero aparentemente todo el mundo tenía su propia excusa inútil.

Al hombre en cuestión lo llaman Tony Caroprese. Se fué a Niza y hoy vive ahí felish con su esposa Dominga, digo, Doménica (sorry kids, tenía que hacerlo).

A que viene toooooda esta perorata.....esperen un poco, que la vaina sigue.

Resulta que Chía (que a todas estas realmente no conozco, pero es que el nombrecito no se me olvida) tenía su novio venezolano, y ni corta ni perezosa (no sé si ella o él) se lo llevó para Niza en el mismo paquete que al pana Tonx. Espero me sigan.

Para no hacer el cuento más largo, El hermano de Mario (otrora novio de la susodicha Chía) está aquí en Estocolmo, con su novia, estudiando un post en Ingeniería Eléctrica. Estuvieron un rato el otro día en el cumpleaños de un amigo, y fue demasiado bueno escuchar el acento caraqueño original en tanto tiempo.

Tú sabes como es la vaina, marico...

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