lunes, julio 25, 2005

Un viernes cualquiera


Nos encontramos Carlos, Laura (novia de Carlos, de visita desde México), Irene, Elena y yo. Comimos en un restaurante chino "all-you-can-eat", donde realmente Carlos y yo nos hartamos. El restaurante queda muy cerca de Djurgården, a una cuadra del puente que a allí lleva. De allí caminamos hasta Djurgården, nos comimos un helado, y hablamos pistoladas hasta que nos cansamos. Luego, Carlos y Laura se fueron, porque al día siguiente salían de viaje.

El resto nos pusimos a caminar por allí, sin mucho rumbo, y encontramos, por casualidad, un jardín público donde muchas familias hacían parrillas al aire libre, y luego un parque para niños, de esos de toboganes y columpios.

Allí Elena e Irene se confabularon para sacar a dos pequeñas de una especie de columpio y mecerse. Corrijo, que yo las meciera.

Para finalizar el día nos fuimos a un sitio llamado Café Bojan, un sitio regentado por estudiantes donde nos trataron como reyes, y pagamos bastante poco.

En la foto, yo en el parquecito.

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