miércoles, marzo 14, 2007

Horizonte de sucesos

El papá de Cornelia se llama Torbjörn, y me imagino que debe ser un tipo enorme, porque alguien que se llame así no puede ser ni mediano ni pequeño, aunque con lo irónica que es esta vida, quién sabe. Tor es el dios nórdico gigantón que arregla todo a martillazos (el martillo se llama mjölnir), y como mencioné alguna vez, björn es oso. Es como mucho con demasiado, digamos. Es como que le pongan a uno Alcides Alejandro, más o menos.

Ahora bien, lo anterior es más bien una nota al margen de lo que quería escribir, es decir, de manipulación espacio tiempo del transporte público en Estocolmo.

El primer evento de manipulación espacio-temporal me ocurrió en un autobús.Ahí una señora que estaba frente a mí, de unos 50-60 años (pero conservada, diría mi papá), llevaba a unos niños de la escuela a alguna salida a un museo o algo por el estilo. La mujer hizo un gesto y no pude creerlo: 20, 30 años y ese pelo rojo lacio pintado, increíble, más de 8000 kilómetros y ese gesto preciso de batir el pelo al ver hacia atrás, repetirlo al volver a mirar al frente: era ella, y yo pensando que quizás a nadie se le haya ocurrido nunca decir: "quién tendría 20 años más, para repetirte al oído lo que hace 20 años y más de 8000 kilómetros pensaba de las pecas de tu pecho".

El segundo ocurrió ayer cuando iba en el metro, y me siento frente a esta chiquilla. No le puse mucha atención al principio, estaba distraído leyendo un libro (Soldados de Salamina), pero de repente hizo un gesto (otro gesto) y pensé que era la edición de bolsillo de Cornelia. El mismo pelo castaño, los mismos ojos azul metálico, como el color del volkswagen escarabajo al que según me cuentan le quité el volante teniendo apenas 2 años. La observé un rato, y descubrí otros muchos gestos idénticos, infantiles, que compartían la niña y Cornelia. Para rematar, me dí cuenta que el señor que estaba sentado a su lado, enormísimo (fácil 190 cm y cuando menos la misma cantidad de kilos) barbudo y con los mismos ojos, debía ser el padre de la pequeña. Ahí se me confirmó todo: este señor no puede llevar otro nombre que Torbjörn.

1 comentario:

  1. Par de notas. Este fin de semana Las Annas (Sofía y Cornelia) se mudaron juntas a un apartamento demasiado fino en Hammarby Sjöstad, y le pregunté a Cornelia que cómo era su papá: no es un tipo chiquito, pero definitivamente no es como me lo imaginaba.

    La foto de Anna Cornelia es cortesía de Oscar

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