domingo, octubre 03, 2004

El brindis en la Alcaldía

El edificio de la alcaldía es, en efecto, el edificio donde funciona la alcaldía de Estocolmo, con todas sus oficinas y demás, pero dentro de él hay un par de salones de banquetes. El primero es el "Salón Azul", Blå Hallen, en donde, como ya he dicho, se lleva a cabo el banquete de entrega de los premios Nobel. El diseño de este salón cambió dos veces durante su construcción: primero no tendría techo, permitiendo así ver el cielo de Estocolmo. El arquitecto reconsideró su decisión, pensando que en Estocolmo ocurría mas el clima lluvioso y frío que uno con el cielo iluminado, y decidió entonces techar el salón , pero pintarlo de un azul claro, de manera que simulara el cielo. Luego de construido, El arquitecto, por segunda vez, cambio de opinión, maravillado con la belleza del salón con sus simples ladrillos rojos. El nombre, sin embargo, siguió siendo "azul".

El otro salón de banquetes, el salón dorado, Gyllene Salen es, para mí, el más espectacular. Las paredes están recubiertas de pequeños mosaicos de vidrio y oro. A lo largo de las paredes este y Oeste, están representados eventos históricos que marcaron a Suecia. En la pared norte, está una imagen de la Reina del lago Malaren, Mälardrottningen , que representa a Estocolmo.

Ese jueves medio Kista estaba trajeado desde temprano, prácticamente nadie quiso perderse del sarao. Yo decidí no ir vestido tan formal, muy a pesar de que todos lo estaban. La razón era netamente estética, o mejor dicho de consistencia estética. No tenía zapatos que hicieran juego con el flux, y me pareció más ridículo ir con traje y zapatos casuales que vestido casual por completo.

A 10 para las cinco nos buscó Emilio en su carro, fuimos hasta la alcaldía (en Estolmo, niñas y niños....hay cola) y llegamos con buen tiempo, a pesar de que los elementos (los conductores suecos) se oponían. Cuando llegamos, no pude menos que estar maravillado todo el tiempo que estuve en el edificio. Es magnífico. El salón dorado es simplemente deslumbrante. Hubo discursos (los primeros dos párrafos son una prueba de mi atención) y luego permitieron a la hambrienta concurrencia empezar a comer de los platillos disponibles. Muy buena la comida. Yo no comí mucho, había almorzado muy tarde. Sirvieron, por supuesto, vino tinto y blanco.

Luego del brindis-buffet, se decidió continuar la celebración en algún local cercano, a lo que en este blog se hace referencia como el afterparty.

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