martes, septiembre 14, 2004

De cómo un Taxi Sueco hizo viaje gratis a tres estudiantes extranjeros

La semana fue de mucho estudio, clases, reuniones, lecturas, etcétera. El viernes, inicio de fin se semana, me voy a mi caja de fósforos como buen niño. Había conversado en la tarde con Carlos, el mexicano que estudia conmigo, que mejor no salíamos a ninguna parte, primero porque es caro y después porque el sábado teníamos una invitación a salir a un parque, y mejor nos ahorrábamos el dinero. Llego a mi apartamento, y por supuesto encuentro al ruso con que le dijeron que había una fiesta que vamos. Yo me opuse lo más que pude, pero al final me convenció (jaja). En fin, en realidad la fiesta sí era barata, 20kr las cervezas y sin entrada (normalmente te cobran entrada y la cerveza cuesta como 50kr). Por supuesto, el sitio era un antro, pero estaba media universidad, así que tranquilazos. Buen niño, insisto, me tomé sólo 2 cervecitas (cuándo será que vuelva a probar un ron). En fin. El último tren de vuelta sale a las tres y media, asi que mosca.

A las 3:10 de la mañana, cuando ya casi nadie podía tocarse la nariz propia con los ojos cerrados (yo sí, es en serio lo de las 2 cervezas), decido partir. Me acompañan una colombiana y un español (tan sobrios como yo, por eso se vienen), yo los guío hasta la estación de metro, vamos caminando.....como comentario marginal, vimos una liebre (el reporte de avistamiento de hace un tiempo contiene un error, era una liebre, no un conejo) y Alex (el español) decidió perseguirla.....pero no mucho, porque la ventaja era obvia. La colombiana y el español estaban tan estupefactos como yo de ver una liebre en medio de estocolmo: especulo que acá es como ver un rabipelado o una iguana frente de la Universidad Central, pues.

En fin, como dije, yo guiaba, así que nos perdimos. Como no tenía mucho tiempo para perder, decidí parar al primer taxi que pasara, y preguntarle la dirección hacia la estación Universitet. Me paro, y con cara de congoja le pregunto (es la misma cara de pendejo de mi tío pidiendo la beca de mi prima, para los que saben a qué me refiero): Disculpe, caballero, nosotros estamos tratando de llegar CAMINANDO a la estación Universitet, pero no sabemos bien la ruta. ¿Podría usted ser tan amable de indicarnos el camino, si le es posible? (la traducción es casi literal, incluido el énfasis en el "caminando" y lo educado). A lo que el taxista hace unos amagues de seña. Luego hace una mueca que en Venezuela se traduciría en "¡Qué carajo!": - Móntense, Yo los llevo. Inmediatamente, tratando de no poner la cara de demasiada sorpresa: -Pero señor, ¿nos va a cobrar?.- No, no, yo los llevo.

La cara del Español y de la Colombiana eran de película, y mi sonrisa de oreja a oreja ni les cuento.

Para no hacer el cuento muy largo, el pana nos dejó en la puerta de la estación, nos deshicimos en gracias y buenos augurios, tomamos el último tren y llegamos sin mayores percances a Kista.

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