jueves, septiembre 02, 2004

Estocolmo

Hoy fui al Ministerio de Relaciones Exteriores de Suecia, el Utrikesdepartamentet. Queda en el centro histórico de Estocolmo, con lo que por fin pasee un poco por él. Me gustó mucho, parece sacado de una película. Es tal cual la imagen de la Londres Victoriana (como sale en películas como From Hell, The League of Extraordinary Gentleman, The Hound of the Baskervilles, etcétera), con las calles estrechas empedradas y los edificios de cuatro pisos. Ví el castillo y la residencia real. El Utrikesdepartamentet queda al lado izquierdo de una plaza que está justo al frente del Castillo. En esta plaza hay una escultura espectacular de Gustav Adolfo (la plaza, en consecuencia, se llama Gustav Adolfs Torg), y del lado derecho (al frente del Utrikesdepartamentet) está la casa de la Ópera. De verdad el paseo amerita fotos, son espectaculares los puentes que hay de la isla donde está el castillo (Gamla Stan) a "tierra firme" (entrecomillado porque en realidad es sólo una isla más grande). También ví el parlamento, y la Jacobskyrka (Iglesia de Jacobo), una iglesia antigua. En esta direccion hay una foto de lo que recorrí.

Tengo ya tiempo en suecia y no he mencionado mis impresiones por sus habitantes. Aprovechando el accidente-tour de hoy (accidente porque yo no pretendía ir a esos sitios, sólo iba a hacer una diligencia), déjenme escribir unas líneas el respecto. Primero que todo, no huelen mal :). No, ahora en serio, primero que todo, no sé de dónde saca la gente que los alemanes y/o nórdicos son antipáticos o distantes. Me pasó varias veces en alemania y me ha pasado acá, la gente es amable en sus respuestas y observaciones. Sí es de notar que normalmente ni entre ellos se hablan, pero basta que le preguntes algo para que se muestren atentos hacia su interlocutor. Incluso en alemania nos veían sonriendo a Fabian y a mí en lo que empezabamos a hablar entre nosotros. Allá hay un interés (no sé si por moda) en lo latino y en el español. De hecho, incluso estabamos sentados en una mesa tomando una cerveza, y un señor de la mesa contigua nos saludó y nos preguntó si éramos de méxico (tal vez sea un interés como cosas raras, no sé).

La GRAN mayoría son catires, ojos azules, y flacos. Saquen cuentas. Sin embargo, no sé si será sólo en Kista (donde vivo) o porque estocolmo es muy cosmopolita, pero hay una gran cantidad de inmigrantes, especialmente del mundo islámico, con lo que en realidad si hay morenos y morenas en un buen número.

Si bien la mayoría son "bien parecidos", su sentido de la moda está algo raro.... o para no opinar mucho, digamos que es vanguardista. A veces siento en el metro que estoy rodeado de madonas en videos de los ochenta: falta corta amarilla pollito, medias de nylon negras, y zapatillas tipo las de ballet y franela como de hacer aerobicos que deja ver una tira del sostén (de hecho en la foto de la salida en Berlín Erika tiene una franela así tal cual). Retro. Los hombres usan todos un peinado tipo el del tipo de Travis, mohicano, y un blazer encima de una franela cualquiera, jeans y zapatos tipo los viejos converse de patinetero.

Pero su raro estilo no sólo se nota en la forma de vestir, también me parecen rarísimas las estaciones de metro: son cavernas. Entras y juras que estás en la cueva del guácharo. De foto también. Sin embargo las cavernas están siempre adornadas con motivos no tan rupestres. Y por ejemplo en la que me bajé hoy, Kungstradgärden (Jardín Real), tiene una especie de fuente en la que el agua baja pegada a la pared (como en las cuevas, insisto) provocando que los sentidos piensen que el piso está mojado (porque el agua baja hasta el piso), aun cuando lo no está.


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