miércoles, septiembre 29, 2004

Somos iguales

Hoy vi niños dorados jugar a la pelota bajo la inútil sombra de un arce, abrigados, como ayer ví niños morenos jugar a la pelota bajo la indispensable sombra de un samán, con el torso desnudo.

Hoy vi a un niño llorar y gritar enajenado su deseo por un caramelo, con una hermana poco mayor que él avivando su llanto, y un padre, inocente, soportando estoico el berrinche.

Cambian apenas los colores, nunca las historias. Toda madre carga y amamanta a su hijo, todo padre lo ama, lo besa y contesta solícito las interminables preguntas (lo sé, lo he visto).

Somos iguales, tan iguales, y no entiendo porqué hay quien no lo entiende.

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