En mis estudios previos descubrí que en la clase siempre hay alguien que es notoriamente molesto para el resto de la clase.
Es un subconjunto de la audiencia, que por razones estadísticas que desconozco (pero agradezco) tiende a consistir únicamente de una persona.
De la universidad recuerdo a una chica fastidiosa que estornudaba escandalosamente geticulando a-chú-si y preguntaba regularmente (pero no muy seguido) tonterías. Carebagre, le decían (debido a cierto bigote desagradable que poseía) y como segundo sobrenombre, Catfish-face, que supuestamente era más discreto (je). Otra notoria era una productista que preguntaba cada 30 segundos una pendejada más pendeja que la otra. Recuerdo que cuando ya estaba a punto de pararme y ahorcarla para liberarla de su propia miseria, Kathy1, exhibiendo su dulzura característica, me obligó a tener piedad.
Pues el fenómeno es mundial (les digo, es estadístico y ligado a los genes de la especie). En el postgrado, de hecho, tengo la mala suerte de no tener una, sino 3 (4 este término). Gracias a Dios no veo todas las materias con ellas, así que por lo menos me tocan "esparciíto".
Todo aquello viene a colación porque el Jueves pasado tuve una presentación acerca de Negocio Móbil. Nuestra exposición2 trataba de Publicidad Móbil. La sesión de exposiciones era de 4 horas, cada exposición debía durar 15 minutos. Por supuesto, todo el mundo se pasaba del tiempo.
El asunto es que al clan de gente fastidiosa se unió un señor mayor chinito (por eso son 4 ahora). Para nuestra suerte, en esta ocasión el clan consistía, entonces, de sólo dos personas. El chinito, y la chipriota. La chipriota es de lo más desagradable, podría contar mucho, pero me causa molestia.
Para toooodas las exposiciones, estos preguntaban algo incongruente con la exposición. Me preguntaba si no se cansaban. El que llevaba una delantera clara en incongruencias, debo admitir, era el chinito.
Mi parte en la exposición se trataba de una empresa de mercadotecnia que se expecializa en mercadeo por teléfonos móbiles.Luego de mi exposición, como sospeché, me preguntaron algo. Primero el chinito me pregunta (para mi sorpresa) algo sumamente relevante: Cómo obtiene la agencia los números de teléfono?. Qué se yo!, pienso. Le respondo cualquier vaina, sólo sé que en el reino unido y en alemania para realizar las campañas tienen que tener autorización previa del dueño del teléfono. Acto seguido pregunta la chipriota que cómo saben que le están mandando la campaña al segmento de mercado adecuado. Por supuesto, es conmigo: pues no sé ni me importa, pienso. Respondo cualquier vaina (de nuevo), la pregunta según yo, no tiene sentido: es un problema básico de cualquier medio que se utilice para emitir propagandas. Lo mejor ocurrió luego: el chinito le ha dicho: "pues yo te puedo explicar: pasa esto, esto, y esto". Estuvieron como 5 minutos conversando. De verdad no lo podía creer, además de que yo sinceramente creo que el chinito no entiende inglés bien. Bueno, eso, o que yo no entendía bien su inglés.
Gracias a Dios el profesor los detuvo.
1 que para aquel momento yo no conocía, y creo que de hecho Pippo apenas conocía
2 Ajon, Wu Nan, Shang Gao, y mi persona